
Sea cual sea aquello que tú o yo hagamos para Dios, creo que será importante y valorado por el Señor si es que realmente lo hacemos con un corazón alegre y sencillo, por amor a él.
Pienso que la humildad y sencillez de corazón son características indispensables en la vida de todo creyente; pero sobre todo, resultan imprescindibles como parte del carácter de todo aquel que sirve a Dios en cualquier ministerio.
Existen en la Iglesia del Señor incontables formas de servirle.
Algunas de ellas, muy a la vista de todos; y otras más, que pareciera que solo Dios las ve.
Al respecto, he notado algo particular: el trabajar o servir en el ministerio de la alabanza a Dios tiene una característica que lo diferencia un poco de los demás ministerios y que suele ser la caída de algunos ministros y servidores: es que, quiérase o no, resulta un ministerio vistoso, ”entre brillos y luces“.
Para esto, es necesario formar líderes que tengan los fundamentos de la Palabra de Dios.
Que tengan la formación musical correcta.
Que tengan la formación de siervos y no de "estrellas".
Que participen en otros ministerios, principalmente en el líderazgo celular.